El proyecto propone una doble instancia de
lectura entre lo estético y lo semántico. Las guerras
mediatizadas se viven como espectáculos ajenos, se miran al pasar como ficciones que ocurren en ninguna parte, mientras que los efectos reales son vividos
desesperadamente en algún lugar. Las composiciones de esta serie están basadas
en la inclusión de fotografías de agencias de noticias
documentadas durante el conflicto de Irak y otros frentes de violencia en Medio Oriente. Las fotografías
de atentados, bombardeos y refugiados, se convierten así en la trama virtual, la paleta con la que
compongo los diseños textiles reinterpretando motivos de alfombras persas. La antigua cultura de la alfombra responde a dos funciones, una práctica, por ejemplo cubrir el piso por comodidad o protección, y otra
simbólica, cómo la de un jardín flotante que en su diseño recrea el orden del universo. Las alfombras
protegen y a la vez comunican con lo divino.
Desde la distancia, esta imagen se percibe como una alfombra sin cuestionamiento y se asocia al estereotipo de lo exótico, aunque en la proximidad se descubre la multiplicación de las imágenes de escenas de violencia y sufrimiento. Esta primera serie consta de nueve alfombras impresas en sistema LAMBDA, de tamaños variables.